jueves, 28 de enero de 2010

14.- Bodhgaya / La India

Bodhgaya es una pequeña población de poco más de 30.000 habitantes. En ella, hace 26 siglos, el príncipe Siddhartha Gautama consiguió la iluminación bajo un árbol de bo y se transformó en el mítico Buda. Por ello, a Bodhagaya llegan peregrinos budistas deIMG_5197 todo el mundo y aunque yo poco había leído al respecto aquí me planté con la idea sugerida de hacer un curso de introducción al budismo. Durante 10 días recibiría clases de; introducción a la filosofía budista, meditación y yoga. Un nuevo descanso esperado después de 2 días de viaje desde Nepal. En la mente solo pasaba un mensaje… entre antes pasara el mal trago de las carreteras intratables y la conducción camicace antes comenzaría el descanso.

Pero el mismo día que comenzaba el curso todo se volvió en mi contra. Discutí por teléfono, con la gente del pueblo e incluso me quedé sin comer pues el camarero tardó 45 minutos en decirme que no tenían los Noodles que yo quería, y resultaba que ese era precisamente el tiempo que tenía antes de entrar al curso. Curioso la verdad, entraba a un curso de 10 días de “en cautiverio” y justo unas horas antes de entrar me revolvía con todo el entorno externo… no fue una buena despedida vamos.

Así que comencé el curso en un estupendo y relajante instituto; el Root Institute. Dentro tenían una clínica dedicada mayormente a la ayuda de pacientes infectados IMG_5206_01con el sida. Los huérfanos afectados tenían una pequeña escuela y estaban terminando un edificio para poder alojar a  muchos más… donde por cierto buscan arquitectos que les ayuden.

El curso en sí era interesante. Me levantaba a las 6:15 de la mañana hacíamos meditación, luego desayuno, luego clases, yoga, almuerzo, debate sobre lo expuesto, clases, meditación, cena y meditación. Efectivamente no había tiempo para mucho más pero al tener como “norma” no escuchar música o leer nada que no fuera de las clases (la idea es mantenerse concentrado en lo que se imparte… ciertamente cada uno hacia lo que quería) era increíble ver como 2 horas podían parecer 4. Lo mejor era que al ser toda una nueva experiencia y ciertamente de tan solo 10 días mi mente se fue calmando de tantos pensamientos que antes de entrar solía tener.

A pesar de no poder hablar entre nosotros sino una hora al día para el debate el grupo se iba formando y al terminar los 10 días salimos del centro directos al restaurante a beber cervezas y charlar como cosacos. IMG_5217

Lo que aprendí del budismo me gustó mucho, sobre todo porque deja que cada uno elija hasta donde quiere aprender o acercarse a sus ideas. Ellos no la consideran una religión sino una filosofía y quizás por ello no son tan rígidos.

Glen era el profesor de las clases teóricas, un antiguo informático australiano que descubrió el budismo 12 años atrás. Sus clases eran maravillosamente organizadas y su paciencia nos permitía preguntar todas las dudas abiertamente.

Al terminar el curso, Glen volvía a impartir otro curso tan solo en tres días. En este caso se trataba de indagar un área interesante dentro del budismo; el cómo existen las cosas. Así que cinco de nosotros nos quedamos a ver qué tal podía venirnos aquello.

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Todo un error, demasiado denso. Gente del nuevo grupo me comentaba que era una locura terminar uno y meterse en el otro pero bueno, así fue. El lugar era increíble mi cuarto también y la comida también, así que por unos 10 euros diarios que me salía todo no podía quejarme si el curso no me gustaba. Simplemente intenté acudir hasta que vi que me quedaba dormido en las clases y termine dejándolo los dos últimos días.

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En total fueron unos 20 días los que me quedé en el centro. Creo que alargue tanto la estancia porque me sentía realmente relajado en aquel lugar. Antes de irme con Cristiana a Vanarasi nos fuimos un día con la unidad móvil a visitar un pueblo, donde el médico de turno y las enfermeras pasaban revisión a los aldeanos. Allí fue la primera vez que comí con las manos arroz con verduras, pues obviamente ellos olvidaron que los europeos no estamos acostumbrados a no usar cubiertos.

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miércoles, 27 de enero de 2010

13.- Chitwan National Park / Sauraha / Terai / Nepal

Pues aquí vamos... más de 24 horas viajando y a unas 2 horas del próximo destino... y por supuesto con tiempo más que suficiente de recordar lo que ha sido mi experiencia en el fantástico parque nacional de Chitwan. En resumen… impresionante. He pasado una de las mejores semanas de mi vida pues cada día era toda una aventura…. pero empezaré por el principio. Tras pasar el día bajando cataratas tuve que despedirme de Bea rápidamente para poder coger una guagua local que me llevara al parque nacional, al sur de Nepal.

Nuevamente llegaba al atardecer, a eso de las 5 de la tarde. Me subí en este caso a un carro tirado por un pequeño caballo que no era un poni, nunca había visto algo así. Éramos como seis en aquella minucia, llevaba un pie colgando por fuera y agarraba mi tortuosa maleta de más de 20kg.

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Pasamos durante una hora por varios pueblos antes de llegar al nuevo destino. Autentico la verdad, ver estos lugares tan rurales al atardecer es de las mejores cosas que te pueden pasar por aquí. Las ciudades son terriblemente agotadoras, demasiada polución, demasiada insistencia por venderte cualquier cosa, demasiado bullicio. Desde que uno sale del casco urbano y se adentra en algún pueblo, es la mejor recompensa que te puede pasar después de un día largo de carretera.

Como al final decidí ir a Chitwan contacté con Linda para vernos allí. Ella a su vez había quedado con gente que había conocido durante su viaje por la India. Así que me instalé, contacté con ellos y los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos la verdad. De nuevo estaba absorto en el lugar y tenía la sensación que podía vivir así por unos meses. El tiempo pasa sin darme cuenta y cada día una experiencia nueva.

IMG_1538_01En este caso me era imposible reprimir mi alegría al cruzar la selva en Elefante  alrededor de ciervos, jabalís, rinocerontes o cocodrilos… increíble… sobre todo los rinocerontes. Estuve en dos ocasiones realmente cerca de ellos pero lo mejor fue cuando hicimos una ruta a pie y estuvimos a menos de 10 metros de uno de ellos… asombroso… lo mejor de todo creo yo. La adrenalina se me ponía a tope y estaba con la cámara disparando fotos y con un pie a punto de salir corriendo pues el guía nos había advertido de que podían atacar y había que estar precavido. De hecho en un momento determinado, el Rhino hizo el gesto de embestir y salimos corriendo varios metros, pero no pasó nada, solo nos asustamos. Ciertamente no puedo parar de decir lo mismo… increíble!! Totalmente recomendable… esa fue la más impactante experiencia que tenido en el viaje.

Aunque ahora que lo pienso también lo fue cuando al llegar a un lago dentro del parque, encontré un cocodrilo a menos de 4 metros. De repente todo cambió. IMG_4629_01 Aquel lago que parecía un lugar tremendamente tranquilo y “normal” con algunos “avechuchos” volando y poca cosa más… de repente, ver un cocodrilo cambio todo el escenario. Tras el pánico me dije “aquí se cuece algo más que en el Jardín Canario, así que hay que tener cuidado”. Sin embargo tras recorrer con mucha cautela gran parte del borde del lago donde se podían ver marcas en el suelo por donde posiblemente cruzaban, solo encontré a otro más pequeño. Muy calmados ambos, supongo que acostumbrados a los turistas pues no se acercaron demasiado a la orilla del lago.

Ninguna de las aventuras que tuve en Chitwan puede decirse que no tuviera precio, cada una de ellas llegó increíblemente en su momento, de forma ascendente en adrenalina la verdad. El primer día vimos los rinocerontes durmiendo, la segunda vez los vimos a pie y la tercera como despedida… anduvimos con ellos por un rato largo con nuestro genial elefante de 3 metros de altura.

IMG_4988_01Como dije antes, la mejor fue aquella mañana que tuvimos que levantarnos como a las 5 para hacer las cuatro horas de recorrido a pie en el parque, donde vimos a los rinocerontes. 

Rio abajo en una simpática canoa, nos acompañaban dos guardianes del parque con un simple palo de madera cada uno como protección. La niebla cubría gran parte de la visibilidad cuando en cierto momento comenzamos a escuchar algo como una catarata delante de nosotros. El río tenías pequeños rápidos de vez en cuando y una profundidad de menos de medio metro. Teniendo el conocimiento del lugar por los días previos no tenía mucho sentido que hubiera una catarata delante de nosotros. Pero en breve se desveló la gran sorpresa de aquel ruido; se trataba de varios elefantes cruzando el río. Nuevamente… tengo que decirlo… increíble… pude sacar algunas fotos para recordar el momento y no dejé de estar impresionado durante todo el tiempo que pudieron estar visibles entre la niebla.

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La verdad que Chitwan no tiene desperdicio, a aparte de querer hacer todas las rutas posibles te dan ganas de volver a repetirlas una y otra vez pues se trata de 25.000km cuadrados y supongo que se puede tardar semanas en ver toda su fauna.

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También fue bastante divertido tener la oportunidad de bañarme con los elefantes en el río. Cada mañana de 10 a 12 los turistas se aglutinan para ver como los cuidadores ofrecen al público (por una razonable cantidad) un baño con ellos, incluso puedes ayudarles a bañarlos. Gracias al buen tiempo fue posible sumergirme y jugar con ellos por dos veces. Tremendo la verdad, IMG_1330_01impresionante lo educado q están pero a su vez lo maltratado que pueden llegar a encontrarse los pobres animales.  Nacen para ser esclavos. Un mamífero de cerca de 3 toneladas con la inteligencia que tiene no debería ser tratado de tal forma… pero nuevamente caí en las garras de la vida del turista y me dedique casi toda la semana a hacer rutas con ellos.

Los días pasaron y había que moverse o me quedaría allí para siempre. A su vez la visa se me volvía a caducar y necesitaba decidirme. Así que de nuevo me puse en marcha a coger guaguas, pues en Nepal no hay trenes. Destino; de vuelta a la India. El descanso en Nepal había tenido su fruto y como no, la India volvía a recordarme ese encanto que ya empezaba a echar de menos.

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sábado, 9 de enero de 2010

12.- Pokhara / Nepal

Cuando el taxi se detuvo, el centro de Yoga no se veía desde la carretera… me que quedé boca abierto cuando me dijo que el centro estaba subiendo una tremenda montaña donde solo se visualizaban arboles y estepa. Su información estaba respaldada por un cartel que también lo indicaba, así que no tuve otra que bajarme, pagar y ponerme mis 22kgr encima.

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Al irse el taxi y dejarme en medio de la nada no tenía ni la más remota idea de que en los próximos 45 minutos tendría que sufrir subiendo una terrible cuesta… joder!… si lo llego a saber paso del yoga y me quedo en el centro de Pokhara!

Al llegar al centro había gente tomando algo y cuando me preguntaban solo podía musitar algún gesto de comunicación… estaba destrozado… no hacía deporte desde… pero valió la pena. A pesar IMG_4124 de levantarme a las 6 de la mañana para hacer meditación, luego un paseo por el bosque, limpiarme la nariz todos los tías con agua caliente salada, 2 sesiones de yoga y 2 meditaciones diarias, que terminaban por dejar mis piernas totalmente inútiles, aquello valió la pena. Supongo que aprendí que muchas cosas gratas en la vida hay que sufrirlas antes (gracias que no todas).

Poco antes de terminar mi tiempo en el centro, me senté a preparar el cierre del viaje. Tan solo quedaban 3 semanas para la vuelta y aunque estaba bien lejos de Bombay ya tenía que ir haciendo cierre de billetes. Tenía que tomar decisiones en cuanto a cómo y cuándo volver para llegar a tiempo a mi vuelo en Bombay. Sin embargo comencé a darme cuenta que aún era pronto, que aún no estaba todo terminado en este viaje. Se planteaban demasiadas oportunidades de cultura y ocio que no podía dejar que todo ese aprendizaje escapara. Al fin y al cabo estoy en el paro y Europa está en crisis, ciertamente no había prisa. En definitiva, y por varias razones, necesitaba quedarme un tiempo más. Así que lo medité, esperé unos días para pensarlo, intenté hablarlo y al final dejé que todo fluyera y ver qué pasaba.

El descanso por 5 noches en el Sadhana Yoga fue excelente, así que tres de nosotros coincidimos yIMG_4171_02 nos fuimos al pueblo a disfrutar del “otro lado”. Un poco de turismo, beber unas cervezas, comer lo que quisiéramos y haciendo todo lo contrario que habíamos hecho durante esos 6 días. Genial… (al menos para variar claro) así que me animé y después de pasar unos días de shopping y mandar un paquete a la family me di mi homenaje. Me fui a saltar en parapente desde la gran montaña que teníamos detrás… increíble.

Ya que había saltado hace tiempo en Canarias decidí hacerlo de nuevo pues Bea me comentó que podías pedirle al piloto que hiciera acrobacias… y por supuesto que se lo pedí…. Vamos… lo agoté… fue increíble… era como estar en la montaña rusa…. bajábamos a toda velocidad haciendo acrobacias y luego subíamos de nuevo para volver a hacerlo… así durante una hora… puede grabar algo en video….

El piloto no paraba de preguntarme si me encontraba bien si no tenía ganas de vomitar. Al llegar abajo me dijo “eres español verdad” al decirle que si varios pilotos sonrieron… al parecer me IMG_2752enteré luego que el campeón del mundo es español y estaba allí haciendo un reportaje, al parecer tenemos fama de “locos” por decirlo de alguna manera.

Los siguientes días fueron más de chill-out. Alquilé una moto para visitar otro lago y un monasterio budista.

La siguiente posible parada era Chitwan Park, a unas dos horas de Pokhara hacia el sur del país. Linda ya se había ido y Bea, que ya había estado allí, me decía que merecía la pena visitarlo. Aún sin saber si yo también iría me quedaba algo más como despedida de Pokhara, así que Bea y yo nos apuntamos a un día de descenso de barranco.

Mike, un americano afincado IMG_1215_01en Tailandia desde hacía dos años, era el otro participante del grupo y junto con los dos guías nos fuimos hacia el sur a un barranco en medio de la nada.

A las 6:30 de la mañana del último día en Pokhara el cielo finalmente decidió abrirse y gozamos, con mucha suerte de un DSCF1224_01día soleado pues a unos 9 grados de temperatura, meterse en el agua no apetecía nada por mucho traje de neopreno que lleváramos. Pero todo fue bien, no hacía tanto frío como pensábamos y aunque no fue una experiencia de máximo riesgo tuvo sus momentos de adrenalina que hicieron valer la pena la inversión.

Agotados, nos volvimos a cambiar de ropa en un cuarto trastero de una casa rural, para ya despedirme y seguir hacia el sur. No pudo ser ese café de despedida Bea pero ya lo tomaremos en otra.



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jueves, 7 de enero de 2010

11.- Katmandú / Nepal

Y el impresionante Himalaya apareció al lado de Vladimir, mi acompañante del vuelo de llegada a Katmandú. Las expectativas eras altas… La India me había dado un toque alto de estrés y necesitaba un descanso, así que al llegar a Katmandú, nada cambió… SSDD… (Same Shit Different Day)… Así que compartí habitación doble y cena con Vladimir y no tarde al día siguiente en comprar un vuelo nacional para esa misma tarde irme a Pokhara donde Luis y Marisol me habían recomendado un centro de Yoga para el descanso, muy típico para la gente que hace treckings de varios días por las montañas y vuelven con ganas de descanso, algo parecido en mi caso.

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Visité un poco las principales calles de la ciudad e intenté no morir de congelación esa noche sin calefacción.

10.- Bangalore / Karnataka / La India

La escapatoria del vuelo a Nepal salía desde Bangalore, capital de Karnataka, así que sin ganas de estar allí demasiado y más cuando es la cuna de la informática en la India, decidí estar solo una noche… pero fue intensa la historia.

No paraba de llover, al estilo monzón. Con un chubasquero puesto intentaba que no me salpicara el tráfico incesante hasta que uno lo consiguió y me empapó. Con el calcetín empapado intentaba hacer reavituallamiento antes de salir al día siguiente. No podía esperar más que esto sucediera y avisando al recepcionista del Hotel que necesitaría un taxi para las 5 de la mañana me comía unos nuddles en mi cuarto intentando obviar el ruido infernal de las calles de la capital.

A eso de las 9:30 me acordé de que necesitaba imprimir el billete para la mañana siguiente y bajé a recepción para hacerlo. Mi sorpresa fue que no tenía billetes. Por algún motivo realicé la compra con la Visa pero al día siguiente fue rechazada, no podía creerlo. Tenía que volar en menos de 10 horas y no tenía billete!!! Pánico!!!! Con el Skype llamé a Alemania, que era donde estaba situada la oficina de la página web donde compré el billete. Gracias al desfase horario allí aún estaban abiertos aunque cerraban en una hora. Hablamos de lo sucedido pero no había manera, tenía que esperar al menos un par de días más. No me lo podía creer. Mierda!!! No quería quedarme en Bangalore ni una noche más… así que me puse a buscar otras compañías… e increíblemente lo encontré… lo compré por otra web que me dejaba hacer el pago instantáneo y en consecuencia imprimirlo sobre la marcha. Curiosamente me salío 50 dólares más barato, excelent!!

Tras la hora de pánico volví a la cama, me di “un golpe” en la cabeza, y dormí 6 horas.

9.- Mysore / Karnataka / India

Mierda!!!.... que hago?... se me ha olvidado el iPod en el hotel!!! Joder!!!... me dará tiempo de ir y volver??? …. Y si se me escapa Tuppi?? (nombre del tren)

Así que me atreví, fui en Rickshaw y aunque me dijera 50Rupias y luego me cobraran 80, el iPod estaba y llegué a tiempo.

Sentado en el tren, me dirijo a Bangalore donde mañana partiré para Katmandú, Nepal. 

Me he separado del grupo para irme de relax a Pokhara en Nepal, y es que el estrés de esta vida turística/aventurera tocó su fin cuando en la primera noche de estancia en Mysore una familia de garrapatas decidió hacerme compañía en mi sueño. No fueron recibidas con ningún agrado, es más, después de levantarme a DSCF3687_01las 6.15 aquella mañana y viajar prácticamente todo el día lo único que necesitaba era descansar. Así que reuní unas cuantas en un vaso como prueba para el conserje del hotel, empaqueté, sabiendo que tendría que realizar desinfección de todo, y a la 1 de la mañana pateaba las calles de Mysore en busca de algún buen hotel donde darme un homenaje; de dormir esa noche merecidamente en algún lugar que fuera en todos los sentidos algo más digno, donde mi mirada no tropezara siempre con algo que en un principio me diera arcadas y luego conformismo.

Ante la sorprenderte cara del conserje, por verme a la una de la mañana plantado en su hall con mi equipaje y con un vaso en la mano, no desvie mi calma por un instante y le dije que obviamente lo sentía pero me tenía que ir. El preocupado mientras me abría la puerta me quiso acompañar hasta la esquina siguiente donde decía tener otra habitación en otro hotel. La pinta del hotel era la misma así que le dije que no se preocupara que ya me buscaría otro.

Sin embargo todo el mundo estaba overbooking, o eso decían pues más bien parecería que no querían levantarse de su sueño (dormían en el propio recepcDSCF3740ión del Hotel). Así que empleé el as de la manga que me habían recomendado… dales pena!... y en el siguiente comencé a poner cara de “por favor no tengo donde dormir”… y vuala… a la primera… que éxito. El recepcionista amablemente realizó una llamada y me consiguió una gigantesca habitación en un hotel relativamente decente. Curiosamente 6 veces más caro que el primero, pero tan solo 3 veces más plausible. Así que ducha, desinfección de todo con lupa, llamada a Cira para gritar y descargar un poco, vuelta a la cama a eso de las 3 y sorpresa… a las 5:00am dos hermanas de la familia decidieron salir, de no quiero ni pensar de donde, y volví a la ducha, esta vez con el jabón de azufre a sacar brillo a toda esquina de mi cuerpo.

Así que… “un billete para Katmandú, please?”

Ciertamente aquella noche determinó mi necesidad de salir de la India a por un descanso… a salir de todo por un tiempo y darme un poco de lo que buscaba en este viaje… un poco de tranquilidad. No obstante, no era nada raro, los Hindús son muy respetuosos y honrados pero dentro de su carisma poseen la continua intensión de mercaderes. Esto llega un momento que cansa y estresa bastante a muchos viajeros y suelen tener como destino Nepal para tomarse un break así que, porque no… compra de billete sin pensarlo más.

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Así que fueron 4 días en total los que pasé en Mysore. No estuvo mal, fuimos a ver unos templos por los alrededores para variar y visitamos el palacio de la ciudad, el cual era increíble de los mejores, que he visto.

Triste despedida entonces del equipo que seguía hacia el sur, hacia una reserva forestal y luego hacia Kerala. Fue bastante rápido, como todo por aquí, pero fue genial haber compartido todo lo que vivimos juntos, sobre todo con Raquel que fue pionera de viaje y con Jauma que también compartimos tiempo juntos.